"Bienvenido a casa"
-Mari, ya compraron las gaseosas?- Preguntó Valeria terminando de acomodar los últimos detalles para que la fiesta sea todo un éxito.Los amigos de club Oeste junto a los del club Ferro, había organizado una fiesta de bienvenida para Javier, quien había tenido que pasar varios días mas en el hospital a causa de los golpes ocasionados en el accidente.
Mientras Valeria terminaba de acomodar el decorado, Mariana se ocupaba de la comida.
-Sí Vale, ya está todo, incluida la torta. ¡Quedó buenísima!- Dijo Mariana, mientras sacaba de su bolso su inseparable espejito para comprobar su maquillaje.
Alejandro y Sebastián eran los encargados de la música.
-Bueno, yo paso tres temas de los que me gusta a mí y después pasas vos los temas que te gusten.-Dijo Alejandro, apartando los casetes de Kiss, Nirvana y otras bandas favoritas de Sebastián, tratando de ser lo más amable y justo posible.
-Bueno, está bien.- Respondió Sebastián, muy de acuerdo con las condiciones dadas.
De repente sonó el timbre. Todos se alarmaron, ¿Cómo pudo Andrea distraerse tanto para no darse cuenta de que Javier ya estaba en casa?
-¿Qué hacemos?- Preguntó Valeria muy preocupada.- ¡Falta la mesa!
-¡Y los baffles!- Gritó Mariana, alterando todavía más a sus amigos.
- Somos Pablo y Martin.- Gritaron del otro lado de la puerta.- Apuren que estos aparatos no son nada livianos.-
Dando un suspiro de alivio, Valeria corrió a abrir la puerta.
Mientras tanto, en el Hospital Durand, los últimos rayos de sol se colaban por la ventana de la que antes había sido la habitación de Javier.
Al joven ya le habían dado el alta, y ya estaba preparado para regresar a su casa y volver a hacer su vida normal.
-Bueno campeón, ya podes irte a tu casa.- Le dijo el Dr. Sierra, quien lo había atendido y había sido muy amable durante todo el tiempo que estuvo allí.-
Vas a tener que regresar dentro de unos días para poder sacarte los puntos de la frente y chequear que todo este perfecto.
Javier asintió sonriendo.- Muchas gracias doctor, nos vemos en unos días-.
En el trayecto hacia su casa, el joven pensaba en lo mucho que habían cambiado las cosas luego del accidente. El enigma del robo del equipo fotográfico estaba resuelto y, por suerte, los policías no llegaron a estar involucrados. Su relación con Pablo había mejorado. Quizás algún día, podrían llegar a ser grandes amigos. También se había reconciliado con los padres de Valeria. Ahora podrían estar juntos sin que su novia tuviera conflictos con su familia.
El sonido de un motor de un auto al apagarse, puso en alerta a Andrea, quien corrió a avisarles a los demás, para que apagaran las luces y se prepararan para la llegada de su amigo.
Javier estaba ansioso por volver a su casa, quería sentir que estaba en su hogar otra vez. Al mismo tiempo que su padre abria la puerta y encendía las luces, una gran cantidad de gente gritaba -¡SORPRESA!
Allí lo esperaban todos sus seres queridos. Valeria, todos sus amigos, incluidos Pablo y Sebastian, su abuela, a quien apreciaba mucho, todos los miembros del club Oeste y Norma. También estaban presentes el señor y la señora Etcheverry y su hijo,Miguel, junto a su esposa.
Javier sintió una inmensa alegría al ver a todas esas personas, muy importantes para él, celebrando todos juntos en un clima de felicidad y armonía, y sintió que por una vez, todo marchaba bien.
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